13 de septiembre de 2014

Primeros días, primeras sorpresas, primeros cambios.

Y pensar en lo fácil que era hablar de Canadá desde el salón de tu casa...mientras tenías a tus padres al lado y al Madrid jugando en la tele, qué fáciles eran aquellos tiempos donde el mayor problema de la experiencia era la maleta. Y dónde quedaron esos días.

Antes de ayer se cumplían dos semanas desde que aterricé en Halifax con otros 15 negros solitarios. Llegué con muchísimas ganas de conocer a mi familia  y de empezar a vivir. Estaba en América y todavía no lo asimilaba muy bien, me esperaban 10 meses viviendo en inglés y todavía seguía pensando en español, más de 300 días sin ver a mis padres y todavía no era consciente de lo que tardaría en darles el siguiente abrazo.

Después de ser recibida con un precioso cartel rojo de bienvenida  y de dormir en el hotel de lujo del aeropuerto, donde las camas eran tan cómodas que te daba pena dormirte, fui a mi primer Tim Hortons en Nova Scotia. Eva (mi host mum) y Abby (mi host sister), ambas muy agradables desde el primer momento, me invitaron a un French Vanilla y un muphhin para desayunar, y ayudarme de paso a empezar la historia de "cómo aumentar las puertas para que quepa Lau cuándo llegue a España". Cuándo llegamos a casa nos estaba esperando Paul (mi host dad) al que voy a adorar más pronto que tarde, me encanta lo cercano que es y lo muchísimo que se preocupa. Los días siguientes hicimos algo de turismo por los alrededores, pueblos como Mahone Bay que te insinúan por un huequecito que estás a las puertas de conocer un país al que el adjetivo "bonito" se le queda demasiado corto. Ese sábado fuimos a una boda, una boda canadiense, o también llamada "la típica boda de peli americana". Arco en el jardín, música preciosa, ritual romántico que sustituye a los típicos anillos, y un buffet apurado que nada tiene que ver con el banquete de 17126716262 platos que se sirven en las bodas españolas. Después de comer llegó la hora de los emotivos discursos del padre y la mejor amiga de la novia, dónde yo me planteé que hacía allí y porqué no estaba con mis brazos alrededor de la eterna barriga de mi padre o tomando un café con mis mejores amigxs, fue el primer momento en el que realmente eché de menos a mi familia y a mi casa, estar en mi entorno y sentirme realmente protegida.

Los días siguiente continuamos con el turismo de turno y el miércoles fuimos al high school, un pequeño y acogedor colegio en el medio de la nada donde aprenderte el nombre de todos los profesores es misión imposible. Allí conocí al director y elegí las asignaturas que este semestre serán: Global History 12, Physical Education 11/12, Maths 11, Chemistry 11, y Child Studies. En mi high school (siendo una excepción) hay tres asignaturas anuales y otras dos semestrales, asi que el siguiente semestre cambiaré Maths y Chemistry por Biology e English.
Al día siguiente empecé el curso en un instituto americano, tuve que hacer un gran esfuerzo y varias preguntas a alumnos y profesores para llegar a mis clases a tiempo, pero finalmente no hubo ningún percance. En Maths la profesora es bastante agradable y me ayuda siempre que le pregunto el significado de alguna palabra, en Educación física estoy super contenta con la organización y la intensidad de las clases, el profesor es simpatiquísimo, y además hace algún que otro esfuerzo por darnos los buenos días en español, como diría un canadiense, "it`s so funny". En Child Studies la profesora es un tanto especial pero parece buena mujer, a pesar de lo que nos hace trabajar en una asignatura que iba a ser supuestamente sencilla. En Global History el profesor es un amor y me dijo que no tendría ningún problema en dejarme utilizar un diccionario en los exámenes por si necesitaba traducir algo, además la materia que vamos a dar me parece super interesante, recorrido por el siglo XX a partir del año 1945. Y por último química, todos habían dicho que el nivel era bajo y yo fui tranquila a clase, hasta que me encontré con el profesor más trabajador que os podáis imaginar, y que como supondréis, nos hace trabajar a nosotros más  que cualquier otro, aún así es un gran profesional y me encantan sus clases, que impartimos con Macs y móviles.

Ese viernes se fueron mis host parents a Alemania así que me quedé un poco sola, pero tuve tiempo para pasar en casa y hacer Skype con España. La  semana transcurrió sin nada nuevo, miércoles y jueves tuvimos la orientación de estudiantes internacionales dónde pude reecontrarme con Sara y Jesús, otros dos Spanadians de South Shore, allí también pude conocer a unas chicas super majas de Bridgewater y a otros estudiantes de alrededor de todo el mundo, fueron unas horas geniales fuera de la rutina. Al volver a casa lo hice mucho más animada. Ayer viernes fuimos algunos estudiantes internacionales a ver un partido de hockey, la verdad es que me quedaba embobada viéndoles patinar sobre hielo, así que me he propuesto probar a lo largo del año. Abby, una amiga suya (también muy maja) y yo terminamos la noche con un maravilloso y calentito French Vanilla.

Hoy tuve la experiencia más sorprendente hasta el momento, un desayuno americano en la casa de bomberos, es como una tradición aquí y había un montón de gente sentada alrededor de las mesas engullendo huevos con baicon y otras muchas cosas, la bandera canadiense presidía la sala mientras desayunábamos todos juntos. Desde luego, qué diferentes pueden llegar a ser las cosas con "sólo" 6000 Km de por medio.

Llevo aquí apenas 15 días y ya siento que quiero, busco y valoro cosas muy diferentes a las que buscaba el 25 de agosto cuándo me despedí de mis padres en el Bernabéu. Como reflexión hasta ahora pienso en lo cierto que es eso que a todos nos suena ya a tópico, "lo valorarás cuándo estés lejos", y tu te reías pensando que una vez en Canadá no te acordarías ni del nombre de tu calle, cuándo ahora, estando aquí, parece que escuchas las hojas contra tu ventana cuando hacía un poco de viento. Y lo cierto que es también que  las cosas se ven más claras desde lejos, desde arriba, cambiando la perspectiva y observando cómo tu vida pasa mientras tu estás a 6000 Km, sólo así me han venido las ganas infinitas de un abrazo de mis amigos y una clase de biología aburrida, en español, y de esas tardes de domingo en las que me quejaba por estar en casa viendo una película sin saber que no había plan mejor que compartir sofá con mi familia. Sólo estando aquí ves como ir a cenar una pizza con tus padres es todo un privilegio, sólo desde lejos sientes la necesidad de decirle a tu madre cuánto la quieres, y es triste saber lo que daríamos ahora por todo eso a lo que en su momento no prestamos atención.