8 de abril de 2014

Echar la vista atrás y ver aquellos nervios, la incertidumbre, los sueños, el miedo..y al verme aquí, sonreír, respirar, y sonreír de nuevo. Ese es el resumen de mi sensación, el resumen de lo que hago al levantarme, al estar sola y pensar, al ducharme y pensar, al intentar dormir y pensar...una y otra vez.

¿Cómo no sonreír con los recuerdos? Cierro los ojos y todavía escucho la voz de mi madrina diciéndome que tendría otra oportunidad de cumplir mi sueño, los abro y sonrío agradecida..y se me cierran solos para recordar a aquella chica rubia que estuvo con nosotros en el examen, aquella habitacion tan iluminada y aquella mesa que tanto se movía..y justo después recuerdo el oral, era el ahora o nunca, la decisión final, el punto y a parte en mi vida, y tenía que hacerlo bien. Salía del examen de literatura sin saber lo que había escrito, directa hacia la tablet para esperar la llamada. Al verla sentí que no podía, y cuando el señor me dijo que me tranquilizase sentí que estaba perdido..pero al acabar tuve una sensación increiblemente liberadora, como si todo estuviese ya decidido.

Y así dos semanas, eternas, en las que el tiempo parecía estar en un reloj de arena y filtrándose segundo a segundo, todos mis amigos intrigados con el porqué de mis nervios, y yo pensando únicamente en mi examen oral, en lo que cambiaría y en cómo iba a afrontar la decepción de no verme en la lista...a veces, en momentos optimistas también pensaba en una vida nueva, en una posible despedida, en empezar de 0, en poder romper con la monotonía; cuántas mas vueltas le daba yo a esa rueda de la imaginación más despacio corría el tiempo.

El 28 me levante temblando, salí corriendo a las 12 hacia el despacho de mi padre..y cuándo lo vi allí sabía que era el quién me daría la mejor noticia de mi vida, tenía que ser él, quién sino? Llegue hasta dónde estaba sentado y al verme se le iluminó la cara..me levantó en los brazos y me lo dijo..no fui capaz ni de llorar. Sólo lo abrace fuerte, pensando en que todo había merecido la pena y que al final, el infierno de la espera había abierto las puertas de un sueño inesperado...y en ese momento sonreí, como no había sonreido nunca.

Después fue la hora de las llamadas, a Carmen, a mi madrina, a mis abuelos, a mis tios..y a mi madre, llorando, aun no asimilaba que me fuese, y esperaba que la rechazase en el fondo, pero nop. (A ellos les dedicaré una de las entradas más especiales cuando sea hora de las despedidas)

Aunque sin duda lo mejor hasta ahora ha sido el grupo, los niños (canadiards, amancioners, spanadians 2.0, canadish..nombre a elegir) las noches en vela hablando, los nervios compartidos, las risas, los audios..ellos, que son todos tan diferentes y especiales. La gente y lo que te aporta, eso es lo mejor, lo que me ayudó y me apoyó Elisa todos estos meses; las ocurrencias de Nirvi o los audios de Jaime y Paula; y Lydia, de quien sólo puedo decir que por gente como ella merece la pena esta aventura en sus sonrisas y sus lágrimas.

Y así estoy ahora, más feliz que nunca, con miedo, nervios, y muchas ganas de todo..de vivir esa historia en la que por fin vamos a ser nosotros los protagonistas, nuestro propio sueño.